Recientemente
vi un video de un curso a cargo de una psicoterapeuta muy famosa y reconocida,
en él enseñaba la importancia de los pensamientos y las palabras que usamos
internamente ante diversas situaciones de la vida.
Se puede
engañar a la mente; si nos sentimos mal, sería mejor que el diálogo interior
fuera sobre bienestar y felicidad.
–Tengo
habilidades extraordinarias para sobrellevar cualquier problema.
Es una
oración muy poderosa, y que trasciende en nuestra mente, cambiando por completo
el curso de los acontecimientos.
Puse en
práctica lo aprendido inmediatamente, y me di cuenta de que es una ayuda muy
potente antes los conflictos y problemas.
–Tengo
salud perfecta y mi cuerpo está libre de toda dolencia y enfermedad.
Sé
demasiado bien el poder de la palabra. Las palabras se convirtieron en el
centro de mi universo desde muy niña, y ahora, entiendo que tengo la facultad
de cambiar mi vida cuando así lo desee, accionando hábitos positivos, pensando
y pronunciando aseveraciones que empoderan e iluminan mi mente.
En lugar de
repetirme a mí misma que soy miserable, debiera pensar que soy muy feliz y que mi
vida es maravillosa. Encontrar la llave de la felicidad en las palabras, y usar
mi don literario para transformarme y transformar mi existencia, no solamente
cuando estoy bien, sino cuando me siento mal o algo me incomoda.
Así como
alguna vez me empeñé en cultivar el hábito de la lectura, así también cultivaré
este nuevo hábito de engañar a mi mente cuando se sienta apesadumbrada.
Alguna vez
alguien me dijo que si soy poeta y escritora, ya lo tengo todo. En ese momento
no le creí. Pero es cierto, tengo un inmenso poder en mi interior listo para
ser usado en mi favor. Es cierto que la vida es muy extraña para mí, nunca la
comprendí y nunca comprendí a quienes me rodean. La vida es un viaje inexplicable,
a veces forzado, porque nadie solicita vivir, solo nos arrojan al mundo como dijera
el gran filósofo Sartre. Pero ya que estamos aquí en contra de nuestra
voluntad, hagamos de nuestra existencia una maravillosa e inefable obra
maestra.
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