La caída de los falsos gurús

Hace poco, tuve la oportunidad de analizar a un gurú de YouTube al que he estado escuchando durante algún tiempo. He practicado algunas de sus técnicas también. Algunas me han funcionado, otras no, pero últimamente comenzaron ocurrir calamidades en mi vida. Por intuición, lo dejé de escuchar y de pronto todo mejoró. No sé si será coincidencia, pero lo que sí les digo es que yo soñé con este gurú,  bueno, él dice que no lo es, pero en realidad sí lo es, porque lo sigue mucha gente.
En el primer sueño, él estaba luchando con demonios, no está claro si los logra vencer; luego reparte suplementos alimenticios a 7 personas. En el segundo sueño, él estaba sentado frente a mí y yo le conversaba sobre 'la muerte y la brújula', un cuento de Borges perteneciente a su libro Ficciones. Mientras más le hablaba sobre este cuento, que trata sobre el Nombre Absoluto del Ser Supremo,  él era más grosero conmigo; me despreciaba y me rechazaba. Tomé esto como una señal y dejé de escucharo. A partir de ahí, mi vida comenzó mejorar sustancialmente.
A través de este gurú, yo me enteré de Jacobo Grindberg, un especialista en neurociencias y místico. Escuché uno de sus audiolibros, y en un pasaje escalofriante, Grindberg narra cómo fue en busca de un gurú a un lugar recóndito de Asia y que este 'iluminado' apareció en un rolls royce. Se acercó al que quería ser su discípulo y con un movimiento de la mano le arrebató el alma. Luego se acercó un sujeto que tenía una vibración crística y le dijo que vaya a un lugar donde un monje lo ayudaría. Grindberg se fue a la caverna donde un lama estaba  meditando durante 20 años. Entonces su alma se restauró y Jacobo agradeció con alivio infinito.
Yo tomo estas informaciones con mucha imparcialidad; no las creo, pero tampoco soy realmente escéptica. Las tomo como conocimiento, las cuestiono y me cuestiono a mí misma también.
Concluyo con la siguiente reflexión: que hagan caso a su voz interior, que si van a un doctor, que si van a cualquier lugar donde haya alguien que dice que los puede ayudar, y hay una intuición, y sienten que hay una incomodidad en su cuerpo que les comunica que no deben estar ahí, no vayan. Aprendan a escuchar a su cuerpo y su mente, aprendan a escuchar su intuición; la voz de la conciencia es sabia y el único maestro está en cada uno de nosotros. No sigan a nadie que dice que que es un gurú o un maestro y que, a pesar de que afirma de que no lo es, hay una intención escondida en esa afirmación.
Sigan la voz de su corazón, sigan la música de su corazón. Yo sé que están librando muchas guerras, pero pueden encontrar la paz interior. Los estímulos del ambiente, del entorno, no son un factor determinante para que ustedes sean felices. No dejen que un suceso negativo afecte su estado de ánimo. Su tranquilidad no depende de nada ni de nadie, es inmutable y eterna. Digo esto porque yo lo he experimentado, porque lo sigo experimentando y no lo afirmo porque me creo superior o porque creo que he alcanzado la iluminación o algo parecido. Estoy muy lejos eso. Se los digo porque es mi deber compartir una experiencia positiva con la humanidad para contribuir con mi granito de arena,  con mi gotita de agua en este océano profundo que es la vida.
Quiero finalizar con una reflexión: los problemas, los conflictos, todo se va a solucionar, todas las guerras que ustedes libran cada día, no son más que avisos que los guían hacia lo que realmente deben hacer. Nosotros somos seres humanos dotados de dones que nos ha dado el Ser Supremo y si no los desarrollamos, la vida nos golpeará hasta seguir la senda correcta. Nos va a seguir golpeando. Hagan caso a su corazón y desarrollen esos dones, no importa si no tienen el apoyo de nadie, no importa si están solos, porque en realidad nunca están solos. Tienen a Cristo acompañándolos. El que busca encuentra,  el que encuentra finalmente halla la llave de la eternidad.
Gracias por leerme; yo espero que después de haber leído esta pequeña entrada de mi blog, algo en ustedes haya cambiado un poco, que encuentren la paz infinita y que mis palabras resuenen en el eco de su universo único y singular.

(C) KARINA LUZ